Cuando pienso que todo cuanto crece
dura en su perfección un breve instante,
como de la mañana el sol radiante
que, al avanzar la tarde, se oscurece;
cuando miro que todo se envejece
como flor mañanera y rozagante
que pronto se deshoja, agonizante,
y al morir el crepúsculo perece;
se aflige mi alma y por tu suerte llora;
mas todo cuanto pierdes en frescura,
con sus matices el ensueño dora,
y a medida que el tiempo tu hermosura
con implacable saña decolora,
con desquite, mi amor te transfigura.
William Shakespeare
EleNa Martín.
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